- 1 lámina de masa de hojaldre fresca
- 3 yemas de huevo
- 40 ml. de agua
- 120 gr. de azúcar
- 100 gr. de azúcar glas
- 50 ml. de agua
Lo primero que hacemos es precalentar el horno a 200 grados. Estiramos la plancha y la cortamos en círculos de unos cinco centímetros con un cortapastas (yo en mi caso los he cortado con el mas pequeño de los redondos para galletas que vienen en kit) y ponemos tres círculos uno encima del otro. Los aplastamos un poquito con el rodillo, (solo para que se peguen bien, no para estirarlos) y les hacemos un agujero en el centro con una boquilla de manga pastelera (yo lo he hecho así porque es el tamaño ideal)
Los metemos al horno durante 15 minutos mas o menos hasta que se doren.
Mientras, preparamos la cobertura de yema para nuestras Rosquillas de Alcalá. Lo primero que hacemos es remover las yemas solo para que se mezclen, no las queremos batir.
Aparte, mezclamos en un cazo el agua y el azúcar y lo dejamos cocer hasta que alcance el punto de hebra fino.
-Este punto se alcanza cuando al coger una gota entre los dedos y al separarlos se crea un hilo que se rompe al momento.- entonces en ese punto apagamos el fuego y lo dejamos entibiar, momento en el cual añadimos poco a poco las yemas pero sin dejar de mover.Finalizado este paso ponemos otra vez al fuego para que se espese, pero no mucho, eso si.
Retiramos del fuego y mojamos las Rosquillas en la yema
y las dejamos escurrir y secar sobre una rejilla.
Mientras se secan vamos a preparar el glaseado para darle el toque final, este glaseado se prepara como cualquier otro, simplemente añadiendo el agua al azúcar y removiendo hasta que se forme una mezcla lisa y sin grumos.
Cuando ya estén bien secas las Rosquillas las metemos en el glaseado y volvemos a dejarlas sobre la rejilla para que escurran y se sequen.
Emplatamos y listas....... Veremos lo que duran.